martes, 16 de abril de 2013

De Othón a Velarde, poesía mexicana de principios del siglo XX

En primer lugar nos encontramos con Los poemas rústicos de Manuel José Othón de Alfonso Reyes donde exalta “una obra tan firme y tan inatacable, […] construida sobre las bases mismas de la naturaleza humana, que honra a su vez […] a la patria misma donde ha surgido” (Reyes, Los poemas 7). Alfonso Reyes después hace una apreciación −desde el prologo al final− de Los poemas rústicos, del prologo nos menciona que el poeta lo hace a manera de defensa contra la aristocracia del arte y un elogio de inspiración personal “el artista debe ser impopular, inaccesible al vulgo […] (hablo del vulgo, del vulgo vestido, entiéndase bien)” (cit. en Reyes, los poemas 10). Reyes nos menciona como es que Othón describe los paisajes −la naturaleza− a través de sonidos y colores “parece que el paisaje va acercándose, poco a poco, al espíritu del espectador” (Reyes, Los poemas 11), siendo su principal preocupación el paisaje mas no las personas. Respecto de los sonidos Reyes menciona las características en los poemas de Othón: la concatenación de las estrofas, fluidez del verso fundida a la armonía y la realización lírica “donde la sonoridad ha de buscarse con los oídos […] y no con los ojos ni señalando con un lápiz las silabas acentuadas” (Reyes, Los poemas 13). La técnica de Othón es clásica y reanuda estilos suspendidos por las escuelas románticas, sus versos tienen una misión poética, los tópicos que maneja son: la religión (de la cual las críticas no le afectaba), el campo (y no la vida de campo), la casa, la familia, la raza y el deber. Ya al final de la vida de Othón parecía otro poeta del que escribiera Los poemas rústicos, “Mal hayan el recuerdo y el olvido” (passim Reyes, Los poemas). 

            El siguiente texto es “La derrota de la palabra” de Ramón López Velarde, si bien coincide en varias ocasiones con las expectativas de la poesía en Alfonso Reyes, es más directo, por ejemplo “la igualdad de ideas, uniformadas como soldados rasos, me produce el mismo malestar que me causaría ver un rostro idéntico en todas las mujeres” (López, La derrota 21). López Velarde nos menciona como es que “el hablar por hablar” y el abuso de la palabra en los círculos literarios vulgarizan la palabra. Hace una observación a las formulas de poesía, de estética prefabricadas (los cánones de estética en la poesía), “la palabra se ha convertido de esclava en ama cruel” (López, La derrota 22) mediante varias metáforas demuestra su punto, ya sea con una novia que cambia en la vida de casados o con un par de recetas donde refleja los estilos actuales y los tradicionales. Resalta la siguiente frase: “Ya el espíritu no dicta a la palabra; ahora la palabra dicta al espíritu” (López 23) contrasta mucho con el ensayo de Reyes donde resalta la libertad del poeta, pareciera que en seis años (la diferencia entre un ensayo y el otro) se volvió necesario regresar al espíritu a la poesía, Ramón López parece decirnos que el alma es fuente directa de la poesía y hay que quitar todos esas reglas que obstaculizan la libertad del alma en la poesía.           
            Si bien Alfonso Reyes toma en cuenta la parte estética de la poesía, también echa mano de lo que después Jakobson llamaría “función poética”, ya sea que en su teoría literaria −donde incluso corrige a Ortega y Gasset en su Deshumanización del arte− muestra interés por qué las palabras se originen en el espíritu del autor y no por cuestiones estéticas, coincidiendo con López Velarde en la conversación, el autor debe conversar con el lector (passim Reyes, Teoría literaria).        
            Para ejemplificar esto resulta necesario hacer mención del poema “Sol de monterrey” de Alfonso Reyes. Siendo un gran filólogo, Reyes muestra en este poema su gran dominio de la palabra en el fondo y forma de este poema, también destacan las características que vio en Los poemas rústicos de Manuel Othón, describe un paisaje “todo el cielo era añil / toda la casa, de oro” (Reyes, Sol de 26), se apoya en colores, nos lleva en un viaje a su niñez “Claro y amarillo:/ ese sol con sueño/ que sigue a los niños” (Reyes, Sol de 26), hace de algo sencillo (o que parece estar a la vista de todos) un poema con gran estérica:         
             
            Cuando salí de mi casa         
            con mi bastón y mi hato,       
            le dije a mí corazón:  
            -¡Ya llevas sol para rato!-       (Reyes, El sol 27)      

 Ahora observemos algunas de las características del poema “Mi corazón se amerita” de Ramón López Velarde, en primera instancia se observa un temor por cómo será recibido su corazón fuera de su escondite “y al oírlo batir su cárcel, yo me anego/ y me hundo en la ternura remordida de un padre/ que siente, entre sus brazos, latir un hijo ciego”. En la tercera estrofa nos menciona como será la liberación de ese corazón:

Desde una cumbre enhiesta yo lo he de lanzar        

como sangriento disco a la hoguera solar.    
Así extirparé el cáncer de mi fatiga dura,     
será impasible por el Este y el Oeste,           
asistiré con una sonrisa depravada    
a las ineptitudes de la inepta cultura,           
y habrá en mi corazón la llama que le preste            
el incendio sinfónico de la esfera celeste. (López, Mi corazón 29)
El poeta busca la libertad del alma −siendo congruente con su discurso de La derrota de las palabras− que ha permanecido en “sombras” por cuestiones ajenas a su voluntad, ve que pronto llegara el momento en que su corazón sea libre y con un desprecio hacia los intelectuales   se levantara.   
            Sin lugar a dudas, el periodo entre Othón y Velarde es importante para comprender la evolución de la poesía mexicana hasta nuestros días.       

             
 
Bibliografía.
López Velarde, Ramón. “La derrota de la palabra”. Selección de lecturas para las actividades de poesía. México: UNAM, 2011.21-25. Impreso
---. “Mi corazón se amerita”. Selección de lecturas para las actividades de poesía. México: UNAM, 2011.29. Impreso
Reyes, Alfonso. “Los poemas rústicos de Manuel José Othón”. Selección de lecturas para las actividades de poesía. México: UNAM, 2011.7-20. Impreso
---. “Sol de Monterrey”. Selección de lecturas para las actividades de poesía. México: UNAM, 2011.26-27. Impreso
---. Teoría literaria. México: FCE-Cátedra Alfonso Reyes del Tecnológico de Monterrey, 2005. Impreso. Colección Capilla Alfonsina, 2. 

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