Pues
resulta que la Cineteca Nacional está haciendo el rescate de películas caseras
llamándolas “Archivo memoria” y en la proyección de uno de estos archivos pude
observar un acto que me pareció al principio inocente, se trataba de la
compilación de videos de cumpleaños con un fondo al puro estilo punk rock, las
primeras escenas iban de niños apagando las velas del pastel, el clásico
empujón al pastel, el “póngale la cola al burro”, el payaso haciendo llorar a
los niños, hasta ese momento todo parecía gracioso, pero hubo una selección de
escenas que después de unos segundos me hizo sentir un poco incomodo, se
trataban de escenas en las que los niños se divertían rompiendo piñatas, los
niños a Superman, el chavo del ocho, Mickey Mouse, Spiderman y las niñas a
cualquiera de “las princesas de Disney”.
La “piñata”, para los que fuimos adoctrinados en la iglesia católica, representa en las pastorelas una forma de acabar con el mal (con el diablo y sus pecados capitales), si su origen es chino llevada al occidente gracias a Marco Polo es otro tema. Bajo este “acabar con el mal” resulta interesante observar las fiestas de niños en las cuales se acostumbra “romper la piñata”.
Dicen que el significado de romper la piñata ha evolucionado junto con ella y una vez que llego al continente americano, traída por los colonizadores, se uso como una forma de evangelización. Si bien el maestro Alfonso Reyes nos menciona que el encuentro entre la cultura de los pueblos mesoamericanos y la de los españoles “fue el choque del jarro con el caldero. El jarro podría ser fino y hermoso, pero era el más quebradizo”, podríamos agregar que este caldero utilizo la “olla de barro”, para después atraernos al adoctrinamiento mediante las piñatas. Cuando “romper la piñata” formó parte de nuestras tradiciones se deformo para entrar en las fiestas infantiles como una forma de diversión (quizás por el interés de los productores de piñatas para venderlas durante todo el año, ¿no?), pero ¿Cómo podemos divertirnos al hacer trizas a nuestros Héroes o modelos a seguir? O ¿es acaso que año con año vamos destruyendo nuestra infancia?
No sé ustedes, pero para mí la tradición de romper la piñata en las fiestas infantiles va más allá de romper un pedazo de cartón y obtener dulces. Vamos a romper con nuestros héroes, con los modelos a seguir, con nuestra infancia… recibiremos dulces a cambio; los más radicales lo disfrutaran, hay que acabar con los “moldes” y con el marketing infantil, yo sin embargo me sentí aterrado al ver la sonrisa de los niños mientras destruyen su inocencia en ese evento social que celebra el envejecimiento.
La “piñata”, para los que fuimos adoctrinados en la iglesia católica, representa en las pastorelas una forma de acabar con el mal (con el diablo y sus pecados capitales), si su origen es chino llevada al occidente gracias a Marco Polo es otro tema. Bajo este “acabar con el mal” resulta interesante observar las fiestas de niños en las cuales se acostumbra “romper la piñata”.
Dicen que el significado de romper la piñata ha evolucionado junto con ella y una vez que llego al continente americano, traída por los colonizadores, se uso como una forma de evangelización. Si bien el maestro Alfonso Reyes nos menciona que el encuentro entre la cultura de los pueblos mesoamericanos y la de los españoles “fue el choque del jarro con el caldero. El jarro podría ser fino y hermoso, pero era el más quebradizo”, podríamos agregar que este caldero utilizo la “olla de barro”, para después atraernos al adoctrinamiento mediante las piñatas. Cuando “romper la piñata” formó parte de nuestras tradiciones se deformo para entrar en las fiestas infantiles como una forma de diversión (quizás por el interés de los productores de piñatas para venderlas durante todo el año, ¿no?), pero ¿Cómo podemos divertirnos al hacer trizas a nuestros Héroes o modelos a seguir? O ¿es acaso que año con año vamos destruyendo nuestra infancia?
No sé ustedes, pero para mí la tradición de romper la piñata en las fiestas infantiles va más allá de romper un pedazo de cartón y obtener dulces. Vamos a romper con nuestros héroes, con los modelos a seguir, con nuestra infancia… recibiremos dulces a cambio; los más radicales lo disfrutaran, hay que acabar con los “moldes” y con el marketing infantil, yo sin embargo me sentí aterrado al ver la sonrisa de los niños mientras destruyen su inocencia en ese evento social que celebra el envejecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario